Qué es la fascia
Una malla muy fina y elástica envuelve nuestros órganos y los conecta. Este envoltorio se llama fascia y hasta hace poco era despreciado por la ciencia. Ahora se ha descubierto que está detrás de dolores crónicos de espalda, lumbago, tortícolis… e incluso de la expansión de tumores.
La fascia, ese tejido sorprendentemente omnipresente en nuestro cuerpo, merece una mirada más profunda debido a su relevancia en nuestra anatomía, fisiología y según las últimas investigaciones el ser la causa oculta del dolor de espalda1.
La fascia constituye el tejido más abundante de nuestro cuerpo y representando el 16% de nuestro peso total, este tejido encierra un mundo de misterios y funciones. Hoy, nos aventuramos a explorar las implicaciones de las disfunciones fasciales.
En primer lugar, ¿qué es exactamente la fascia? El sistema fascial es una red continua de tejido conectivo (colágeno, elastina, agua y otras sustancias) que envuelve y abraza nuestros músculos, articulaciones, huesos, ligamentos, órganos y células. Se compone de diversas fibras, incluyendo colágeno, fibras reticulares y elastina, así como células y sustancia fundamental, como el ácido hialurónico tan apreciado en los tratamientos estéticos2.
¿Cuál es el propósito fundamental de la fascia? Esta membrana desempeña un papel crucial al proteger y mantener unida la estructura de nuestro cuerpo. Al separar las distintas estructuras en compartimentos, simultáneamente las conecta y relaciona, creando una intrincada red de fascias que sostiene nuestra arquitectura corporal. Es el medio por el cual un plano anatómico y otro de nuestro cuerpo pueden desplazarse y moverse.
¿Sabes que estructura da la forma a nuestro organismo?
Tu aspecto físico no te lo dan los huesos, ni la piel, ni los músculos. El tejido que te da el aspecto a tu organismo es el sistema fascial.
Ahora bien, ¿qué significa realmente una disfunción fascial?
La disfunción miofascial no es más que la alteración del movimiento de ese tejido. Que a veces puede llegar , incluso a la fibrosis de los mismos. Ya sea por un trauma emocional o físico, una intervención, un accidente de tráfico, malas posturas, otras enfermedades sistémicas que alteren el tejido conectivo, etc.
Estas disfunciones pueden tener dos orígenes principales como hemos dicho: físicos y emocionales.
Las causas físicas de una disfunción fascial pueden incluir traumatismos, dolor agudo o crónico, o incluso cicatrices que dañen una porción de la fascia. Dado que este tejido funciona como una red interconectada, una lesión en una parte puede provocar desequilibrios en otras áreas del cuerpo muy alejadas y sin relación aparente. Esto, a menudo, se manifiesta como un dolor sordo y difícil de localizar. Si no se abordan adecuadamente, estas lesiones en el sistema fascial pueden obstaculizar la recuperación y el funcionamiento de diversas partes del cuerpo a veces no relacionadas.
La fascia también tiene un componente emocional significativo. Traumas pasados, bloqueos emocionales y estados como el estrés y la ansiedad pueden generar acumulación de tensión o dolor en áreas específicas del cuerpo, o incluso interferir con el funcionamiento óptimo de distintas estructuras corporales miofasciales3.
¿Cómo se trata una disfunción fascial? La clave reside en reconocer que la causa del problema no siempre se manifiesta en el mismo lugar. La técnica de inducción miofascial (MIT®) se ha vuelto indispensable en el campo de la fisioterapia , ya que implica movimientos tridimensionales y presiones sostenidas sobre la red de fascias para liberar cualquier restricción, ya sea en órganos o músculos. A través de esta terapia, es posible abordar dolores musculares, mejorar la función de los órganos (conocida como movilidad visceral) y, sorprendentemente, ayudar a liberar bloqueos emocionales.
¿En qué situaciones específicas podemos aplicar este enfoque terapéutico? La inducción miofascial se ha demostrado eficaz en casos de dolor musculoesquelético y articular, problemas relacionados con cicatrices, cefaleas, migrañas, hombros congelados, latigazo cervical, disfunción de la articulación temporomandibular (ATM), disfunciones del suelo pélvico y trastornos digestivos. Su versatilidad lo convierte en un enfoque valioso para mejorar la salud y el bienestar en una amplia gama de condiciones.
Antonio Manuel Fernández Pérez
Profesor Doctor de la Universidad de Granada y fundador de Fisionat
- EL CORREO. XL Semanal. 9 sep 2021. https://www.elcorreo.com/xlsemanal/salud/dolor-cronico-espalda-fibromialgia-fascia-cancer.html
- TUPIMEK https://tupimek.com/induccion
- Tesis Doctoral – Fernández Pérez, Antonio Manuel. Efectos neurofisiológicos, psicoinmunológicos y psicológicos a corto plazo en sujetos sometidos a técnicas de inducción miofascial. https://digibug.ugr.es/bitstream/handle/10481/20539/20687564.pdf
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